La diferencia clave entre la inhibición autógena y recíproca es que la inhibición autógena es la capacidad de un músculo para relajarse cuando experimenta un estiramiento o un aumento de la tensión, mientras que la inhibición recíproca es la relajación de los músculos de un lado de una articulación para acomodar la contracción del otro lado de la esa articulación.
Los músculos se estiran y relajan. Para mantener las contracciones musculares, existen mecanorreceptores presentes en las células musculares que envían información a nuestro sistema nervioso central. El huso muscular y el órgano tendinoso de Golgi (GTO) son dos órganos sensoriales del reflejo de estiramiento. Los músculos se contraen en respuesta al estiramiento de los músculos. GTO inhibe la activación muscular para disminuir la tensión de músculos y tendones.
La inhibición autógena y recíproca son dos tipos de relajaciones reflejas que protegen los músculos de daños y lesiones. La relajación por inhibición autógena es la capacidad del músculo para relajarse mientras experimenta un aumento de tensión. Lo hace el GTO. Por el contrario, la relajación por inhibición recíproca es la relajación del músculo opuesto cuando el músculo agonista experimenta un estiramiento.