La diferencia clave entre osmorreguladores y osmoconformadores es que los osmorreguladores regulan la concentración de sal gastando una gran cantidad de energía, mientras que los osmoconformadores gastan una cantidad muy baja de energía para regular la osmolaridad.
Los organismos que viven en hábitats con altas concentraciones de sal necesitan técnicas especiales y adaptaciones para resistir las fluctuaciones de las concentraciones de sal. Por tanto, la regulación de la osmolaridad es un aspecto vital, ya que decide el destino de los organismos que viven en dichos entornos.